¿A partir de cuándo y cómo puede mi bebé dormirse solo?

Sarah Babyschlafberaterin
Sarah Mann
Asesora certificada en sueño infantil y mamá de siete pequeños Certified Consultant

¿Estás agotada, tu bebé llora y parece que dormir es una tarea imposible?

Tal vez ahora mismo sientas que la idea de que tu bebé pueda dormirse solo está muy lejos de la realidad. Y créeme, sé exactamente cómo se siente. Meciendo sin parar, amamantando con frecuencia, cargándolo durante horas… todo esto puede hacer que la falta de sueño se vuelva abrumadora.

Pero hay esperanza. Como madre de seis hijos y asesora de sueño infantil, he trabajado intensamente en este tema. El resultado es este artículo, en el que encontrarás mis mejores consejos y estrategias para ayudar a tu bebé a dormirse solo. Convierte la hora de dormir en un momento más tranquilo y ayuda a tu bebé a conseguir el descanso que tanto necesita.

¿Por qué debería mi bebé aprender a dormirse solo?

Seamos sinceras: si en tu familia todos están satisfechos con la forma en que duermen y descansan lo suficiente, ¡no hay razón para cambiar nada, sin importar lo que digan los demás!

Sin embargo, en mi experiencia, hay varias situaciones en las que es recomendable enseñar a un bebé o niño a dormirse sin ayuda.

1. Poner fin a las luchas nocturnas y lograr armonía familiar

Si la hora de dormir se ha convertido en un problema con largas batallas y una gran implicación de los padres, puede ser momento de hacer un cambio. En muchos casos, la relación de pareja (y el tiempo juntos) se ha visto afectada durante meses, y los hermanos mayores también pueden estar sintiéndose desplazados. Para la paz familiar, el bienestar de todos y noches más tranquilas, vale la pena abordar este problema.

2. Poner fin a las noches inquietas

Algunos bebés se duermen relativamente bien con ayuda del pecho o siendo mecidos, pero el verdadero problema comienza cuando se despiertan cada 1-2 horas y no pueden volver a dormirse solos. Y entonces, el ciclo se repite una y otra vez.

Cuando las noches fragmentadas provocan una falta de sueño constante, esto puede ser una carga enorme para los padres, especialmente para las mamás. Muchas llegan a experimentar agotamiento extremo o incluso síntomas de depresión. En estos casos, es comprensible que busquen una solución para mejorar los hábitos de sueño de sus bebés.

3. Fomentar la independencia del niño

Tal vez tu hijo ya tenga cierta edad y sientas que es momento de que aprenda a dormirse sin ayuda. El deseo de fomentar más independencia suele estar relacionado con la adaptación a la guardería, la reincorporación de la mamá al trabajo, la necesidad de los padres de tener noches libres o la posibilidad de que el niño pueda dormir en casa de los abuelos. Todas son razones válidas para practicar el sueño independiente en un entorno seguro.

4. Crear hábitos de sueño saludables desde el principio

Algunas mamás, especialmente aquellas que han tenido experiencias difíciles con los hermanos mayores, prefieren establecer hábitos de sueño saludables desde el principio. Su objetivo es sentar las bases para un buen descanso y evitar problemas de sueño en el futuro. Y, con razón, el aprendizaje del sueño autónomo es una de las prioridades principales.

Los beneficios de que un bebé aprenda a dormirse solo

Cuando un niño aprende a dormirse sin ayuda, puede traer muchas ventajas para toda la familia:

  • Se acaban las luchas nocturnas para dormir.
  • Se duerme más rápido y continúa durmiendo con más facilidad.
  • Los padres recuperan las noches libres y fortalecen su relación de pareja.
  • Las noches se vuelven más tranquilas, con menos despertares.
  • El bebé puede dormirse con facilidad en situaciones nuevas (guardería, casa de los abuelos, vacaciones).
  • El sueño es más profundo y reparador, incluso durante enfermedades, brotes de crecimiento, dentición o regresiones del sueño.
  • El bebé cubre su necesidad total de sueño de forma más efectiva.

Dormir lo suficiente es clave para un sistema inmunológico fuerte (tanto en el bebé como en la mamá), mejora la concentración y el aprendizaje, y reduce la irritabilidad, las rabietas y el llanto excesivo al final del día.

En mi opinión, todos estos beneficios no solo ayudan a los padres, sino que principalmente favorecen al bebé.

Como asesora del sueño, la respuesta más común a la pregunta “¿Por qué debería mi bebé aprender a dormirse solo?” es la siguiente: El aprendizaje del sueño autónomo es la clave para mejorar el descanso nocturno y garantizar más horas de sueño para todos.

Por eso, el primer paso en cualquier asesoramiento sobre sueño infantil es enseñar al bebé a dormirse solo al inicio de la noche.

Además, cuando un bebé aprende a dormirse solo en sus siestas, esto suele mejorar la duración y calidad de sus descansos diurnos (aunque el sueño diurno suele trabajarse después del nocturno).

Así que llegamos a la gran pregunta: “¿Cuándo y cómo puede mi bebé o niño aprender a dormirse solo?”

¿Cuándo puede mi bebé o niño pequeño aprender a dormirse solo?

¿Cuál es el momento adecuado para que un bebé aprenda a dormirse solo? La respuesta corta es que no existe un momento „perfecto“. Cada niño es diferente y el proceso depende tanto de su personalidad como de la madurez de su cerebro y la actitud de los padres.

Hay bebés que, con solo 2 meses, pueden dormirse sin ayuda en su cuna (aunque son la excepción), mientras que otros niños de 5 años aún necesitan mucho acompañamiento para conciliar el sueño.

Los estudios sugieren que los bebés que practican desde temprano el dormirse solos en su cuna (sin entrenamientos forzados, sino con pequeños ejercicios progresivos) pueden mostrar avances significativos desde los 2-3 meses. Muchas asesoras de sueño recomiendan iniciar con este proceso de manera suave a partir de las 8 semanas. Esto también puede ayudar a ofrecer una alternativa al pecho o al chupete como única forma de conciliar el sueño, ya que depender exclusivamente de ellos puede generar problemas de sueño en bebés mayores.

En los países anglosajones, la edad recomendada para empezar un proceso de aprendizaje del sueño (incluyendo el dormirse solo) suele situarse entre 4 y 7 meses. En esta etapa, los hábitos de sueño aún no están completamente arraigados y, en general, los bebés muestran menos resistencia al cambio que más adelante.

Las asesoras de sueño que siguen enfoques más suaves suelen sugerir esperar hasta los 6 meses. Personalmente, comparto esta perspectiva y coincido en que el período ideal es entre los 6 y 7 meses. ¿Por qué?

A partir de los 5,5-6 meses, los estudios indican que los bebés han desarrollado las capacidades cognitivas necesarias para aprender a calmarse solos, un requisito fundamental del sistema nervioso para poder dormirse sin ayuda. Al mismo tiempo, en esta etapa, las asociaciones de sueño aún no están tan establecidas como en bebés mayores. Además, a esta edad los bebés aún no gatean, no se levantan ni se sientan solos, lo que facilita el proceso de aprendizaje del sueño autónomo.

Recomendaciones según la edad

Menos de 6 meses: Es recomendable empezar con pequeños ejercicios diarios para que el bebé se duerma acostado boca arriba (la posición más segura).
Más de 8 meses: Cuanto mayor es el bebé, más útil y necesario puede ser enseñarle a dormirse solo, especialmente en preparación para la adaptación a la guardería. A esta edad, los niños comprenden mejor lo que se espera de ellos, pero el proceso puede implicar más resistencia dependiendo del temperamento del bebé.

En conclusión, no hay una regla de oro sobre el momento exacto. El mejor momento es cuando los padres sienten que „ya es suficiente“ y están listos para hacer cambios de manera constante y amorosa.

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Opinión de Sofía:

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¿Cómo puedo ayudar a mi bebé o niño pequeño a dormirse solo?

¿No sería maravilloso si los padres tuviéramos una fórmula mágica para hacer que nuestro bebé inquieto, lloroso o sobrecansado se durmiera de inmediato?

Por desgracia, esa fórmula no existe. Pero hay muchas cosas que puedes hacer para facilitarle el aprendizaje del sueño autónomo a tu bebé.

1. Llevar un registro del sueño

Para comprender mejor los patrones de sueño de tu bebé, es muy útil llevar un registro del sueño durante al menos 4-7 días.

Apunta:
– Cuándo y cuánto tiempo duerme.
– Cuándo está despierto.
– Cómo se duerme.
– Cuándo tiene episodios de llanto o dificultades para dormir.

Muchas veces, este registro ayuda a identificar patrones, como que el bebé se duerme más difícilmente después de un periodo de vigilia demasiado largo o que se despierta más temprano de lo esperado.

(En mi curso de sueño infantil encontrarás más detalles y una plantilla para registrar el sueño de tu bebé).

2. Establecer una hora fija y temprana para acostarse

Un horario fijo para dormir es clave. Lo ideal es escoger una hora basada en los patrones actuales del bebé, y si tiene más de 4 meses, un horario entre 19:00 y 20:00 horas suele ser el más recomendable.

Una hora de acostarse bien establecida puede resolver muchos problemas de sueño, reducir las protestas nocturnas y, en muchos casos, prevenir despertares demasiado tempranos por la mañana.

3. Revisar el lugar de sueño

Es fundamental que la cuna o el lugar donde duerma tu bebé sea acogedor y, sobre todo, seguro.

Esto significa:
✔ Dormir boca arriba sobre un colchón firme.
✔ No usar almohadas, mantas, peluches grandes ni protectores gruesos donde pueda quedar atrapado.
✔ En colecho, mantener una distancia segura y evitar huecos entre la cama de los padres y la cuna adyacente.

Además, un saco de dormir no solo es más seguro, sino también práctico, ya que evita que el bebé se destape por la noche y también reduce los intentos de trepar fuera de la cuna.

Otro aspecto clave es que la habitación esté lo más oscura posible. La luz de la mañana, especialmente en verano, puede hacer que el bebé se despierte demasiado temprano o tenga un sueño más inquieto.

4. Revisar el sueño diurno y la rutina diaria

¿Cuánto duerme tu bebé durante el día y la noche? Es importante evaluar qué cantidad de sueño es apropiada según su edad y cuánto descanso necesita realmente.

Para más detalles, te recomiendo mi curso gratuito por correo electrónico, donde encontrarás artículos dedicados a este tema y a la rutina para la hora de dormir.

5. Implementar una rutina para la hora de dormir

Una rutina de sueño predecible y tranquila es clave para que tu bebé aprenda a dormirse solo de forma natural.

Si todas las noches sigue la misma secuencia de actividades antes de dormir, su cuerpo y su cerebro empezarán a asociarlas con el sueño. Esto facilita enormemente la transición cuando llegue el momento de que se duerma sin ayuda.

Incluso para las siestas es recomendable establecer una mini rutina previa al sueño.

6. Evaluar las costumbres actuales para dormir

Parece algo obvio, pero muchas veces no nos detenemos a analizar cómo se duerme realmente nuestro bebé:

✔ ¿Siempre se duerme succionando el pecho o el biberón?
✔ ¿Solo puede dormirse en la cama de los padres?
✔ ¿Cómo es su rutina nocturna y diurna?
✔ ¿Está familiarizado con su cuna y su habitación?

Tómate unos minutos para reflexionar sobre cuál es la situación actual y cuál es tu objetivo final.

7. Crear transiciones suaves

¿Qué estás buscando? ¿Que tu bebé duerma en su cuna en su propia habitación? Si hasta ahora ha dormido solo contigo, lo ideal es hacer la transición poco a poco antes de comenzar con el proceso de aprendizaje del sueño.

Algunas ideas:
✔ Dormir durante 2-3 noches junto a su cuna en su habitación.
✔ Hacer que la cuna sea un lugar familiar y agradable, permitiéndole jugar allí varias veces al día con momentos positivos (sin juegos muy activos).

¿Cuál es el mejor momento para acostar a mi bebé?

Puedes facilitar mucho el proceso de aprendizaje del sueño si colocas a tu bebé en la cuna en el momento adecuado. El mejor momento es cuando está cansado, pero no demasiado agotado.

Para ello, hay dos claves que puedes combinar según tu intuición:

  1. Observar el tiempo de vigilia: ¿Cuánto debería durar según su edad? Sigue las recomendaciones generales y ajústalas según la hora del día (por la mañana suelen ser más cortas, por la tarde más largas). Si la última siesta fue larga, probablemente pueda mantenerse despierto un poco más.
  2. Observar las señales de sueño: Cada bebé tiene un ritmo diferente. ¿Muestra signos de cansancio o parece demasiado activo (lo cual también puede indicar sobrecansancio)?

Desde los primeros meses, los bebés ya tienen un reloj biológico interno que les indica cuándo tienen sueño, hambre o están más activos. Adaptar sus horarios a su necesidad real de sueño facilita mucho el proceso de dormir.

Como asesora del sueño, veo a muchos bebés con cansancio excesivo debido a periodos de vigilia demasiado largos, especialmente antes de la hora de acostarse. Esto debería evitarse a toda costa.

(Por cierto: la idea de que un bebé duerme mejor si se le mantiene despierto más tiempo es un mito. En la gran mayoría de los casos, ocurre exactamente lo contrario).

¿Cuánto sueño necesita un bebé según su edad?

Para orientarte, aquí tienes un resumen del total de horas de sueño recomendadas:

3-8 meses: 14-15 horas en 24 horas.
9-18 meses: 13-14 horas en 24 horas.
A partir de 18 meses: 12-13 horas en 24 horas.

A diferencia de lo que muchos padres creen, la necesidad de sueño disminuye muy lentamente a medida que el bebé crece.

En la mayoría de los casos, la causa de los problemas de sueño no es dormir demasiado durante el día, sino dormir demasiado poco en total.

La sobrecarga de cansancio y su impacto en el sueño

Cuando un bebé está demasiado cansado, su cuerpo libera cortisol, una hormona del estrés que puede afectar negativamente su capacidad para dormir bien. La sobrecarga de cansancio es una de las principales razones detrás de:

  • Largas luchas y dramas a la hora de dormir.
  • Más llanto, irritabilidad y rabietas al final del día.
  • Despertares poco después de haberse dormido.
  • Despertares frecuentes durante la noche.
  • Despertarse demasiado temprano por la mañana.

Por lo tanto, para que tu bebé aprenda a dormirse solo, es fundamental que reciba suficiente descanso durante el día. Debe empezar la rutina nocturna relajado y sin estar sobrecansado.

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Señales de sueño en bebés y niños pequeños

Estas son algunas señales de que tu bebé o niño pequeño está listo para dormir:

  • Se frota los ojos.
  • Se mueve más lentamente.
  • Pierde interés en su entorno (por ejemplo, deja de responder a sonrisas).
  • Mira al vacío.
  • Tiene la mirada vidriosa.
  • Chupa el dedo (si es su costumbre).
  • Se muestra inquieto, irritable o se mueve mucho.
  • Bosteza.
  • Se toca las orejas.
  • Gira la cabeza hacia otro lado.
  • Pide succionar (pecho, biberón o chupete), aunque no tenga hambre.
  • Busca su peluche favorito para dormir (en niños más grandes).

(Si tu bebé llora mucho, está extremadamente inquieto o hiperactivo, es probable que ya esté sobrecansado. En ese caso, la próxima vez intenta acostarlo antes).

El objetivo es encontrar el momento justo para acostarlo, permitiéndole dormirse con la menor protesta posible.

(¡No te preocupes! Con la práctica, mejorarás cada vez más en esto. Y si hay algo de protesta, no significa necesariamente que te equivocaste. También depende mucho del temperamento y la personalidad de tu bebé).

Concretamente: ¿Cómo puede mi bebé o niño pequeño aprender a dormirse solo?

A continuación, te explico cómo ayudar a tu bebé a dormirse solo.

Es fundamental prepararlo adecuadamente para el sueño (siguiendo los puntos anteriores, especialmente estableciendo una rutina nocturna) y luego acostarlo cuando esté „somnoliento pero despierto“.

Esto significa que tu bebé debe estar relajado y con sueño, pero aún lo suficientemente despierto como para darse cuenta de que está siendo acostado.

El objetivo principal es que tu hijo aprenda a dormirse acostado en su cuna. Al principio, con tu presencia y ayuda, y con el tiempo, con menos apoyo y sin que necesites estar en la habitación.

El proceso puede desarrollarse de la siguiente manera:

1. Satisfacer sus necesidades básicas

Antes de acostarlo, asegúrate de que:
✔ Su barriga esté llena.
✔ Su pañal esté limpio y seco.
✔ La habitación esté oscura y tranquila.

2. Ponerle su pijama o saco de dormir

Dependiendo de su edad, puedes envolverlo en una manta tipo arrullo o colocarle su saco de dormir. Usa lo que tu bebé ya asocie con la señal de „es hora de dormir“.

3. Contacto, caricias y relajación

Aquí es donde entran en juego sus rituales personales de sueño.

✔ Para los más pequeños, puede ser un masaje relajante o una breve caminata por la casa.
✔ Para los bebés mayores, mirar juntos un par de libros o decir buenas noches a sus peluches puede ayudar.

También puedes aprovechar este momento para asegurarte de que no tenga gases retenidos, lo que podría dificultar el sueño.

4. Habitación oscura y canción de cuna

Llévalo a su habitación oscura (o a la que será su espacio de sueño) y cántale una canción de cuna fija cada noche. Puedes:
✔ Cantársela mientras lo balanceas suavemente.
✔ Sentarte con él en el regazo.
✔ Poner música relajante (pero siempre la misma, para que asocie el sonido con la hora de dormir).

El reconocimiento y la repetición son clave para que su cerebro asocie este momento con la hora de dormir.

5. Acostarlo „somnoliento pero despierto“

Cuando tu bebé parezca relajado y con sueño (puede que ya haya cerrado los ojos por un momento), colócalo suavemente en su cuna y trata de calmarlo allí.

Puedes:
✔ Mecer ligeramente la cuna si es posible.
✔ Dejar tu mano sobre él por unos instantes.

Con el paso de los días, el objetivo es acostarlo cada vez más despierto para que poco a poco aprenda a dormirse por sí solo con menos ayuda.

💡 Pero no te preocupes: ¡esto no tiene que lograrse desde el primer día! Es un proceso gradual.

6. Aprender a dormirse acostado

El objetivo final es que tu bebé aprenda a dormirse acostado en su cuna. Este es el paso clave para lograr que duerma de manera autónoma durante toda la noche.

Cada bebé es diferente, por lo que es importante experimentar un poco y descubrir qué ayuda a tu hijo a hacer la transición de tus brazos a la cuna y, finalmente, al sueño.

✔ ¿Necesita un paso intermedio, como quedarse un momento acostado sobre tu brazo antes de ser colocado en la cuna?
✔ ¿Le ayuda que dejes tu mano sobre él por unos instantes después de acostarlo?
✔ ¿Funciona mejor si balanceas ligeramente la cuna o le das suaves palmadas en la espalda?
✔ ¿Es mejor levantarlo si llora y comenzar de nuevo, o prefieres mantenerlo acostado y acompañarlo hasta que logre calmarse?

Algunos padres intentan calmar al bebé muchas veces antes de acostarlo y hacen todo lo posible para evitar que llore. Es un método que requiere paciencia, pero con el tiempo los bebés suelen comprender qué se espera de ellos. El objetivo sigue siendo el mismo: que el bebé se duerma acostado en su cuna.

Otros padres optan por no sacar al bebé de la cuna en caso de protesta, sino acompañarlo con caricias y palabras suaves hasta que logre dormirse. Este enfoque puede requerir más paciencia en los primeros intentos, pero suele dar resultados en 1-2 semanas.

¿Cómo puedo calmar a mi bebé?

Si tu bebé se mueve inquieto o empieza a quejarse después de acostarlo, es completamente normal. (Sí, para nosotros los padres, este suele ser el momento más difícil).

Si no se queja en absoluto, es probable que lo hayas acostado demasiado dormido y, en ese caso, el aprendizaje para dormir solo será mínimo.

¿Qué puedes hacer?

No hay una fórmula mágica ni una técnica perfecta. Debes encontrar lo que mejor funcione para tu bebé.

✔ Puedes quedarte a su lado, hablarle en voz baja y tranquilizadora, hacer sonidos de „shhh“, balancear la cuna suavemente o darle palmaditas rítmicas en la espalda (a algunos bebés les recuerda los latidos del corazón).

✔ Usa siempre la misma estrategia durante unos minutos antes de cambiarla. Si pruebas muchas cosas a la vez, el bebé puede confundirse.

✔ Interrumpe levemente la ayuda que le das (por ejemplo, disminuyendo poco a poco las caricias) para que pueda dormirse sin depender completamente de un contacto físico constante.

El objetivo es acompañarlo en el proceso sin crear una nueva asociación de sueño. Si lo ayudas demasiado cada noche, tu bebé podría terminar necesitando esa misma ayuda para dormir en el futuro (y sin darte cuenta, te encontrarás una hora junto a la cuna acariciándolo para que se duerma, ¡justo lo que querías evitar!).

¿Con o sin contacto físico?

Cada bebé es único y lo que lo calma o lo altera puede variar mucho. Por eso, es importante probar diferentes métodos y observar qué funciona mejor para tu hijo.

Algunos bebés prefieren no ser tocados mientras intentan dormirse. Lo he visto tanto con uno de mis propios hijos como en muchas familias con las que he trabajado. Hay bebés que se sienten más cómodos cuando no hay demasiada estimulación a su alrededor.

Incluso hay bebés que, si se los carga en brazos para calmarlos, lloran mucho más tiempo. En cambio, si se los deja acostados, se calman solos en unos minutos. Para estos bebés, el exceso de contacto y estimulación puede resultar abrumador.

Otros bebés, en cambio, necesitan sí o sí ser mecidos, amamantados o recibir el biberón para dormirse. Si tu bebé tiene más de 6 meses, es probable que ya haya desarrollado hábitos de sueño muy arraigados. En estos casos, puede ser útil seguir un plan estructurado para el aprendizaje del sueño autónomo.

Existen varias estrategias y métodos suaves para ayudar a los bebés a dormir sin depender de ayudas externas. Puedes encontrar más información sobre estos enfoques en mi curso gratuito por correo electrónico, donde explico pasos claros y efectivos para mejorar el sueño de tu bebé.

Diferenciar entre quejarse, llorar y gritar

Aprender a dormirse solo puede ser más o menos fácil según el bebé, pero en la mayoría de los casos implica una dosis de frustración. Como asesora de sueño con enfoque respetuoso, quiero enfatizar lo más importante: debes permanecer con tu bebé en la habitación durante el proceso. Acompáñalo con amor y cercanía, aunque seas tú quien marque el ritmo ahora y esto genere cierta frustración por el cambio.

Es fundamental distinguir entre los diferentes tipos de protesta que los bebés pueden mostrar durante este aprendizaje.

Por experiencia, ayuda mucho diferenciar entre „quejarse“ (expresar descontento con pausas), „llorar“ (protestar de manera continua) y „gritar“ (llanto fuerte, desesperado, con jadeos y tensión extrema).

Quejarse o „hablar en voz alta“ suele ser un buen signo: tu bebé está tratando de dormirse por sí solo, aunque todavía no sepa cómo hacerlo. En este caso, lo mejor es darle espacio y permitirle intentarlo.

Si el llanto tiene pausas, también suele ser señal de que tu bebé está procesando el cambio.

Escucha tu intuición y evalúa qué es aceptable para ti según la edad, la situación y tu propio instinto.

Si hoy no funciona, no te preocupes, inténtalo más tarde o al día siguiente. ¡Sin presiones!

📌 Importante a partir de los 8-9 meses: A esta edad, ser constante es clave. Si cedes una vez y otra no, el bebé aprenderá rápidamente que puede recuperar su antigua forma de dormirse si insiste lo suficiente. Esto puede provocar más llanto a largo plazo, ya que en la siguiente ocasión no sabrá si se trata de un „nuevo intento“ o si realmente habrá un cambio.

¿Cuáles son los mejores momentos para practicar?

Lo ideal es que, a partir del tercer mes, intentes al menos una vez al día que tu bebé se duerma solo.

La primera siesta de la mañana suele ser el mejor momento para empezar, ya que el nivel de cansancio es alto y los bebés suelen dormirse más fácilmente.

Por la tarde suelen estar más inquietos, por lo que es un horario menos recomendable para practicar.

📌 El sueño nocturno es clave para mejorar el descanso en general. Si tu principal objetivo es que tu bebé duerma mejor por la noche, entonces el momento ideal para practicar es el inicio del sueño nocturno.

Ventajas de practicar a la hora de dormir:
✔ El bebé está naturalmente cansado.
✔ Los padres suelen estar más comprometidos en hacer que funcione.
✔ Es un momento claro y predecible del día.

¿Es posible que mi bebé esté demasiado somnoliento?

¿Tu bebé se duerme de inmediato cuando lo acuestas, pero se despierta poco después?

Esto podría indicar que ya estaba demasiado dormido al ser acostado. Puede que aún tuviera los ojos abiertos, pero internamente ya estaba en „modo sueño“.

📌 Si tu bebé se duerme en cuanto toca la cuna, probablemente estaba demasiado somnoliento.

El problema es que no ha tenido la oportunidad de aprender a dormirse por sí solo, y esto puede llevar a despertares nocturnos frecuentes.

👉 Observa atentamente sus señales de sueño y ajusta el momento de acostarlo para que esté somnoliento, pero aún despierto.

La clave: ¡La práctica hace al maestro!

¿Tu bebé tiene menos de 4-6 meses?

Si deseas fomentar hábitos de sueño autónomo desde el principio, comienza suavemente entre las semanas 6 y 8 para que tu bebé aprenda que puede dormirse también acostado. Usa los trucos y consejos mencionados anteriormente.

✔ A veces funcionará, a veces no, ¡y eso está bien!
Inténtalo al menos 10 veces antes de decir que „no funciona“.
✔ Si después de varios intentos no resulta, descansa unos días y vuelve a intentarlo más adelante.

Constancia y paciencia son la clave.

¿Tu bebé tiene más de seis meses?

Muchos bebés no duermen lo suficiente y se benefician enormemente al adelantar su hora de dormir y reducir los periodos de vigilia durante el día.

Para bebés mayores de seis meses y niños pequeños, la técnica de acostarlos „somnolientos pero despiertos“ no es tan crucial como en los primeros meses.

Aun así, tal vez tengas suerte y notes que tu bebé responde bien a este método, facilitando el proceso de aprender a dormirse solo.

En muchos casos, con bebés mayores y niños pequeños, el esfuerzo para lograr el estado de „somnolencia“ es demasiado grande, y al ser acostados, terminan despertándose y llorando de inmediato.

📌 Si tu bebé sigue teniendo problemas de sueño después de los 6 meses, es recomendable aplicar una metodología clara con un plan estructurado para mejorar su descanso.

En mi curso gratuito sobre sueño infantil, encontrarás ayuda detallada para establecer buenos hábitos de sueño.

Si has decidido seguir una estrategia como la mencionada anteriormente, te recomiendo trabajar durante 10-15 minutos para alcanzar un estado de somnolencia y, si no lo logras, acortar el proceso antes de que el bebé se sobrecargue de cansancio.

A medida que tu bebé crece, enfócate en los siguientes puntos:

Establecer una rutina fija para dormir (tanto para la noche como para las siestas).
Crear un ambiente de sueño adecuado (habitación oscura, silenciosa, sin distracciones).
Identificar el momento óptimo para dormir (cuando no esté ni demasiado despierto ni sobrecansado).
Garantizar suficientes siestas y sueño total con una rutina diaria relativamente estable.

¡Te deseo mucho éxito y, sobre todo, noches tranquilas para toda la familia!

Con cariño,
Sarah